LOS ESTUDIOS VISUALES
Después de una atenta, y muy “densa” lectura, de algunos autores, como: Maquard Smith, Rampley, Mieke Bal, Mieke Bal, Salome Cuesta,….
Utilizo el termino “denso”, por no decir taxativamente que algunos de estos autores hay veces que daría la impresión de que hacen esfuerzos en su expresión por no ser entendidos a la primera, seguramente es un esfuerzo añadido para que el lector ponga la máxima atención en la comprensión de los textos y por ende de las ideas, o también puede ser que, el que escribe, no llegue a ciertos percentiles.
Dejando al margen el sarcasmo, sí es interesante destacar algunas ideas:
El reconocimiento de la apertura de un campo disciplinar de objetos de estudio enorme y adecuadamente descriptible en términos de “cultura visual” el de las producciones artísticas apenas constituirían una pequeña parte, constituye sin duda un acontecimiento crucial para el total de las practicas que producen visualidad y las disciplinas que se ocupan de su estudio. Y si a ello sumamos la fabulosa potenciación de la cultura visual en las sociedades contemporáneas, debido a las nuevas tecnologías, podemos afirmar con seguridad que nos encontramos frente a un horizonte de transformaciones importantísimas en cuanto al campo de las practicas productoras de significado cultura por medio de la visualidad. Estas transformaciones vertiginosas afectan a las construcciones metodológicas de la disciplina/as, llega a tocar la propia estructura de forma dinámica de las propias organizaciones académicas que articulan su transmisión y a veces su producción, afectan así mismo a los objetos y a las formas.
Se abre un apasionado debate, por parte de diversos sectores (el propio tejido social, parte de la acomodada comunidad artística, etc.…), debate sobre la Estigia, de las funciones antropológicas de la imagen, de la renovación metodológica continua. Los estudios culturales en el campo de la visualidad es un hecho insoslayable e irreversible. Se abre un campo de implicaciones sociales y políticas, y un debate, para mi gusto, de los más importantes de todos ligado al anterior de la implicación social y política que no es otro que la reflexión a cerca del papel en la organización de los espacios de vigilancia y articulación de formaciones de poder en las sociedades de control, hacia donde van las nuevas sociedades del conocimiento, la redirección de los mensajes, el control de los “lobis” y la perdida de toda independencia. Son muchas las aristas e interesantísimas que ofrece este debate (que a los de andar por casa) seguramente se nos escape al control.
Es el momento de aportar ideas con total libertad y sin condicionamientos , quizás desde mi modesta opinión, lo importante de esta ultima idea “tan bonita” es un acompañamiento de una ley de presupuestos, – es decir- para que una ley funcione hace falta dinero que acompañe los proyectos, pues sobre esta idea quizás pase lo mismo, para que las ideas se aporten con libertad y sin condicionamientos, es probable que haga falta crear foros serios, que canalicen esas ideas y vayan a parar de forma coherente a los centros de poder , evidentemente en dos folios es difícil argumentar ideas al respecto de los canales que habría que utilizar para llegar satisfactoriamente y con el eco que corresponde a esos mencionados centros de poder (una entelequia). ¿Son un canal los congresos corporativos para el desarrollo de las distintas ideas?, quizás. Pero también podríamos pensar que la composición del mismo es parte del tan temido poder, del cual a veces sin saberlo nosotros, en alguna medida también formamos parte.
Con otras palabras distintas a las mías, Luis Brea – y termino con esto- dice que: “la cuestión es que esa metodología transdisciplinar es precisamente la que constituye el caldo de cultivo en que fermentan los estudios visuales, la reivindicación que constituye su propio escenario. Puesto que hablamos de practicas sociales y de comunicación, que mas allá de su definición es sistematizada en marcos disciplinares cerrados, abarcan y proyectan una multitud de dimensiones significantes (de orden político, social, psicológico, moral, económico…) parece adecuado reclamar un abordaje igualmente poliédrico, multidimensional y mestizo por parte de la critica cultural que ocupándose de ellos aspire a aportar resultados eficientes en su hermenéutica contemporánea”.
Y yo me pregunto; ¿en que nos apoyamos para que nuestras ideas sean fuertes? , ¿Es que las ideas que aportemos los distintos sectores van a tener fuerza por si solas? O tendremos que hacer uso “perverso” de esa “sociedad visual” para ser escuchados.
Marzo 2008
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