DIFERENCIA ENTRE CIENCIAS HUMANAS Y CIENCIAS DE LA NATURALEZA
Quizás la distinción clásica entre ciencias humanas y ciencias de la naturaleza, que presenta a las primeras como saberes con una alta dosis de subjetividad en contraste con las naturales que dicen caracterizarse por su objetividad, ha generado una idea hasta el punto de considerar a unas verdaderas ciencias en detrimento de las otras. Lo que genera desde el punto de exacto o epistémico como un mero prejuicio. Evidentemente abría que salvar muchas distancias para ponerse a favor de una tesis o de otra.
No obstante decir; que en efecto una división frecuente entre las dos llamadas ciencias, nos presenta a las humanas como aquellas que cuyo objeto de estudio en tanto se apoya en los comportamientos humanos, escapa al tratamiento riguroso que dice caracterizar a las naturales.
Las c. humanas en su afán por describir el mundo humano topan con la evidencia de que esta no puede ceñirse a patrones rígidos y definidos, sus hallazgos no irán mas allá del mas o menos, escapan en alguna medida a la cuantificación, incluso cuando se echa mano de los datos se les exige interpretarlos, por lo que se convierten intrínsecamente en especulativas. Las naturales, según se cree, esos datos aludidos son en cambio contrastados en la realidad misma; de allí su estatus de conocimiento verdadero, y su “prestigio”.
Al principio no se hacia mas distinción entre ciencia y filosofía, se pensaba en dos caminos aliados en la búsqueda de una verdad, pero a medida que el trabajo experimental y empírico paso a ser mas importante para la visión de la ciencia la filosofía empezó a aparecer como un mero sustento de la teología, culpable de afirmaciones imposibles de poner a prueba.
Este poner a prueba es donde residía el descrédito y la escisión, por decirlo para entendernos, de los dos tipos de saber.
Para el comienzo del S.XIX se adquiere un cariz jerárquico al menos a los ojos de los científicos naturales. Y plantea el silogismo de: conocimiento cierto = ciencia, conocimiento imaginario o imaginado = no ciencia, por lo que desde el punto de vista lingüístico llegó a llamarse ya “ciencia natural” totalmente separada de la forma de conocimiento llamada filosofía. La brecha entre las dos se iba haciendo insalvable. Es mas en la imagen colectiva se empieza a asociar ciencia humana como saberes inexactos no verificables. Y las ciencias suelen llamarse exactas y verificables.
Quizás para ser objetivos habría que profundizar más y es posible que la frontera entre una y otra sea menos nítida. No se ha de discutir que se trata de dos saberes distintos y quizás sus diferencias no están donde comúnmente se cree.
Las ciencias humanas no cabe duda que han sido el mayor baluarte del conocimiento fruto de la objetividad, que hace que los demás conocimientos aparezcan como ideologías, producto de que ciertamente desempeñó un papel que produjo una ruptura con el dogmatismo medieval.
Es posible que después de siglos no sea lo más pertinente mantener ese ideal de objetividad. Pues la ciencia hoy por hoy afronta objeciones que contrarían su reputación.
Bacón esperaba poder dar el salto de enunciados singulares a enunciados universales. Su método pretendía establecer enunciados universales basados en la experiencia. La pretensión se revelo fallida.
Podríamos enredarnos en divagaciones elucubraciones en un sentido o en otro y no determinar la frontera entre unas ciencias y otras de forma taxativa. Quizás hemos de suponer que el desarrollo fulgurante científico y humano nos ha de llevar al principio a que las ciencias se conviertan en científicamente humanas o que los humanos científicamente domesticables. Habrá que esperar que el tiempo las acerque o las separe.
Marzo 2008
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