Como en el anterior tema, las obras se distancian en el tiempo y en la localización, en está ocasión hay diferencias más acentuadas, lo que no exonera de belleza y de excelente monumentalidad a  las dos obras (a partir de ahora; primera y segunda en función de la cabecera). La ciudad siria de Damasco había sido conquistada por los musulmanes en el año 635, la Gran Mezquita (aljama) fue alzada, con el gobierno del califa meya al-Walid I (706-715) en el lugar donde anteriormente se encontraba la basílica de San Juan, hasta el año 706 convivieron en el mismo espacio la fe cristiana y la musulmana, pero por mandato de los gobernantes omeyas en ese año se convirtió definitivamente en mezquita, derribando la basílica, que a su vez había sido levantada sobre un templo de Júpiter y este sobre un santuario de una antigua divinidad de aproximadamente tres mil años, lo que le hace ser un centro de culto de los  más importante que “hoy en día sigue activo”.  San Vicente de Cardona se levanta entre los años 1029 y 1040 (románico pleno), en el recinto amurallado del Castillo de Cardona (Barcelona), y se consagra en 1040 como templo (colegiata) de un monasterio de la comunidad regida por la regla canónica aquisgranense. Desde el punto de vista arquitectónico les une su planta basilical y sus tres naves. La nave central de la primera conduce a la zona sagrada, el mihrad principal, uno de los tres que ya tenía la mezquita en la Edad Media, las tres naves están paralelas a la quibla, con otra nave transversal que las corta por la mitad. En la segunda la cabecera se resuelve con tres ábsides (o un ábside central mucho más grande y dos absidiolos)  semicirculares con un tramo recto anterior, se encuentra elevado respecto del conjunto porque debajo hay una cripta que permite salvar el desnivel del terreno, por ello destaca el conjunto del presbiterio, situado por encima del nivel de la nave, sobre el crucero se dispone una cúpula y en el interior tres pares de grandes pilares sostienen los arcos torales y los que separan las naves laterales de la central. En la primera, al sur se sitúa el mihrab y los antiguos campanarios se transformaron en alminares, junto a la sala de oraciones se abrió un amplio patio, donde aparece una gran puerta monumental de acceso a la sala de oraciones, en esta sala el espacio queda fragmentado por arcos sostenidos por esbeltas columnas de basa ática y capitel precioso de origen corintio. En la segunda los soportes de los arcos formeros de medio punto son pilares cruciformes con pilastras adosadas, por encima se abren grandes vanos de medio punto, aprovechando la menor altura de las naves laterales. Una bóveda de medio cañón reforzada por arcos fajones cubre la nave central. Resulta sorprendente la perfección con la que se resuelve la cubierta de la iglesia: la nave central con bóveda de cañón reforzada por arcos fajones sobre potentes pilares en forma de cruz que integran las bandas en que descansan los arcos fajones y el intradós doblado de los arcos formeros. Las naves laterales se cubren con bóvedas de arista y el crucero, delimitado por cuatro arcos torales que forman un cuadrado perfecto, con una cúpula semiesférica sobre trompas con pequeñas ventanas. La altura de la nave central permite la apertura de ventanas de iluminación sobre los laterales. A los pies hay una tribuna abierta a la nave central que se levanta sobre un nártex cubierto con bóvedas de arista.

El espacio interior de la iglesia es limpio y coherente. Todo ello, a pesar de la escasa anchura que presentan las naves laterales. Las tres naves ofrecen una gran verticalidad rematadas en los ábsides aludidos, que llevan vanos ciegos y que hacen más atractiva la visión, además de arcos y lesenas, sobre el crucero se eleva un cimborrio cuya cúpula interior se apoya en trompas. El interior es imponente por el equilibrio de magnitudes y una austeridad absoluta pues no existe figuración como corresponde al estilo lombardo puro. Así la nave central tiene una anchura que es más del doble que las laterales, que resultan estrechas y compartimentadas respecto de la central. La diferencia de dimensiones y austeridad, entre las dos construcciones,  es muy relevante; lo que no hace que sean dos obras absolutamente impresionantes. La zona del techo en la primera, sin embargo, se resuelve sobre las estructuras citadas –donde las arcadas que habían determinado las naves de la iglesia separaban ahora los intercolumnios de mezquita- retomaron la cubierta de madera con vigas visibles de la antigua basílica bizantina. El nicho del mihrab se cubre con una cúpula de mocárabes (elementos decorativos a base de primas yuxtapuestos, que parecen estalactitas sueltas o arracimadas) las paredes presentan decoración geométrica tanto en la arquerías de la parte superior como inferior, mientras que en la zona de separación en el ábside y la cúpula encontramos decoración de roleos vegetales (elementos decorativos realizados de forma enrollable dispuestos de forma pintada, esculpida, en capiteles, dinteles, lienzos…), a diferencia de la sobriedad del románico. El arco que da acceso al mihrab muestra un afiz, también con decoración geométrica y epigráfica que pone de manifiesto que el islam renuncia a las imágenes para decorar sus lugares sagrados. Aunque la suntuosidad decorativa de esta gran mezquita está relacionada claramente con el mundo bizantino. De hecho se sabe que antiguamente en el interior de la mezquita (antes del incendio) llegó a tener 4500 metros cuadrados de mosaicos (hoy solo se conservan fragmentos). La Gran Mezquita es el primer edificio musulmán que traduce a una escala ciertamente monumental el modelo de todas las mezquitas posteriores, y no solo ese es un gran logro artístico y arquitectónico, pues tenemos que tener en cuenta que sus artífices supieron adaptar con gran maestría elementos de los edificios precedentes de origen romano y cristiano. Por otra parte no cabe ninguna duda que la iglesia de San Vicente  es una obra maestra, si no la más, del románico lombardo en Cataluña, por su grandiosidad y equilibrio de espacios, su orden y elegancia y por su uniformidad, primera iglesia cubierta totalmente por bóvedas de piedra y con una articulación de cubiertas y apoyo perfectamente resuelta dentro del románico catalán. Cualidades comunes, de las dos obras,  en esferas arquitectónicas y temporales distintas.

Bibliografía: Jaime Cobreros «Los mejores destinos del Románico en España» (Editorial Anaya Touring) Fundación Cardona Histórica. Gran Mezquita de Damasco | La guía de Historia del Arte http://arte.laguia2000.com/arquitectura/gran-mezquita-de-damasco#ixzz4UpPTGaDO

https://estudiandoloartistico.wordpress.com/2014/05/23/la-pintura-paleocristiana-simbologia-y-origen-de-la-iconografia-cristiana/

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